Proyecto ASPIRES: ¿Cómo evolucionan las vocaciones y la identificación con la ciencia entre los 10y los 18 años?

El proyecto ASPIRES (UCL Institute of Education) es un proyecto de investigación longitudinal que estudia las aspiraciones científicas y profesionales de los jóvenes.

Este proyecto se basó por primera vez en el King’s College de Londres y se mudó al Instituto de Educación de la UCL en marzo de 2017. Está financiado por el Consejo de Investigación Económica y Social. El proyecto se plantea estudiar:

  • ¿Qué factores influyen en la decisión de los jóvenes para continuar estudios STEM después de la educación obligatoria? (aspiraciones)
  • ¿Qué factores explican que haya jóvenes que se identifican como “de ciencias” mientras que otros opten por quedarse fuera sin dudarlo? (posicionamiento, identidad en ciencia)

Con estas dos preguntas en mente el equipo de la UCL (Londres) se embarcó en un estudio longitudinal para ver cómo evolucionaban las aspiraciones y sus opiniones sobre la ciencia de una muestra de estudiantes ingleses a los que realizaron un seguimiento desde los 10 a los 19.

El primer estudio de ASPIRES siguió el desarrollo de las aspiraciones científicas y profesionales de los jóvenes entre los 10 y los 14 años (de 2009 a 2013). ASPIRES 2 continúa rastreando a los jóvenes hasta los 19 años, para comprender las influencias cambiantes de la familia, la escuela, la educación profesional y las identidades sociales y las desigualdades en la ciencia de los jóvenes y las aspiraciones profesionales.

Los resultados que presentaron en un informe en febrero de 202 y son el fruto de 10 años de trabajo,  40000 encuestas y 660 entrevistas en profundidad con estudiantes y sus familias o desde los 10 a los 19 años de edad.

Aspiraciones científicas fuertemente influenciadas por las desigualdades sociales existentes

Las nuevas aspiraciones científicas de los jóvenes están fuertemente influenciadas por las desigualdades sociales existentes como la clase, el género y el origen étnico, según una nueva investigación del Instituto de Educación de la UCL (IOE).

Estas aspiraciones y la forma en que los jóvenes se identifican con la ciencia también se ven influidas por si una persona joven ha tenido la oportunidad de experimentar, sentirse conectada y alcanzar logros en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

El informe ASPIRES 2, publicado el 28 de febrero 2020, siguió rastreando a los jóvenes hasta los 19 años, para comprender las influencias cambiantes de la familia, la escuela, la educación profesional y las identidades sociales y las desigualdades en la ciencia y las aspiraciones profesionales de los jóvenes. Esto se desprende del primer estudio ASPIRES que rastreó el desarrollo de la ciencia y las aspiraciones profesionales de los jóvenes de 10 a 14 años (de 2009 a 2013).

Los resultados muestran desigualdades en las identidades científicas y las aspiraciones que fueron evidentes en la escuela primaria se exacerban en la escuela secundaria. Los estudiantes de alto rendimiento y de clase media que se identificaban como hombres y estudiantes con altos niveles de capital de ciencias familiares (conocimiento, actitudes, habilidades y experiencias relacionadas con la ciencia) tenían muchas más probabilidades de aspirar a una carrera en ciencias.

El equipo descubrió que la forma en que se representa la ciencia a través de la educación, los medios de comunicación y la vida cotidiana, entre otros, puede ser muy influyente para determinar si los jóvenes desarrollan aspiraciones científicas o se consideran «adecuados» para la ciencia.

El estudio destaca que la ciencia tiene asociaciones dominantes con ‘inteligencia’ y ‘masculinidad’. Esto es perjudicial y hace que muchos jóvenes sientan que la ciencia «no es para mí». Incluso los estudiantes de alto rendimiento, pero particularmente las mujeres jóvenes, temen que no sean «lo suficientemente inteligentes» para continuar con la ciencia, particularmente la física. Con el tiempo, muchas mujeres jóvenes que continuaron con la física ‘minimizaron’ progresivamente su feminidad para adaptarse mejor a la imagen y cultura masculinas del tema.

El género también tuvo un efecto particularmente grande en las aspiraciones de ingeniería desde los 10 años. Por ejemplo, solo el 11% de las niñas de 10 años aspiraban a carreras de ingeniería, en comparación con el 44% de los niños.

El informe destaca qué cambiar para mejorar la situación actual. Hace hincapié en la necesidad de cambiar la educación STEM, no los jóvenes.

Afirma: “El sector necesita reconocer y desafiar los procesos que mantienen y perpetúan el elitismo de STEM, que apuntalan e impulsan una participación baja y desigual. Ampliar la participación en STEM requiere cambios en las relaciones de poder y no se puede lograr al continuar con ‘los negocios como siempre’ ”.

El informe también pide un reconocimiento de cómo la desigualdad social impulsa las aspiraciones y la identidad propia en la ciencia. Establece que la equidad y la justicia social deben colocarse en el corazón de la educación STEM.

El informe también recomienda que los esfuerzos deben estar dirigidos a construir capital científico a través de:

Comenzando lo más temprano posible (idealmente desde temprano en la escuela primaria). Concentrar esfuerzos y recursos.

Centrándose no solo en el contenido de ciencias, sino priorizando la mentalidad a través de la cual se enseña la ciencia, para conectarse mejor y valorar las identidades, el conocimiento y los intereses de todos los estudiantes.

Utilizando los principios del enfoque de enseñanza del capital de la ciencia .

Es muy importante Comenzar o más temprano posible porque  El proyecto Aspire (Inglaterra) ha determinado que la aspiración se forma antes de los 10 años y .que. las aspiraciones apenas cambian en el tiempo.

Las aspiraciones se mantienen estables entre los 10 y los 18 años. Un 16% de estudiantes manifiestan su intención de estudiar y trabajar en algo relacionado con la ciencia (STEM).  Además ya se observan diferencias palpables entre las niños y niñas de 10 años de edad. (10% niñas  vs 44% niños).

Estos patrones de desigualdad se acentúan en Ed. Secundaria.  El perfil del estudiante con altas aspiraciones y que además siente que la ciencia está hecha para él corresponde al de un chico con buen rendimiento académico , de familia de clase media y con altos niveles de capital científico. Esto del capital científico lo explicamos más abajo.

La falta de interés por la ciencia no es el problema

Quizás la conclusión más sorprendente es que no hay una relación causal entre interés por la ciencia y la decisión de seguir una carrera científica. Y decimos sorprendente con la boca pequeña porque buena parte del profesorado con el que hemos hablado coincide en afirmar que la falta de interés en la ciencia no es el problema.

En la gráfica se observa claramente como los jóvenes de todas las franjas de edad consideran que aprenden cosas interesantes en las clases de ciencia, que su familia piensa que es importante aprender ciencia y que el trabajo de los científicos y científicas es valioso para la sociedad pero este alto grado de acuerdo se desploma cuando se les pregunta si les gustaría estudiar y trabajar en ciencia.

Intervienen varios factores

Toca hablar de los factores y sí, como casi siempre, no hay un solo factor que explique la variación observada  Los factores se agrupan en 3 grandes bloques.

Capital científico. Esto no es otra cosa que una combinación de lo que un estudiante sabe sobre ciencia (conocimientos), lo que piensa sobre la ciencia (actitudes), lo que hace relacionado con ciencia (actividades dentro y fuera del horario escolar) y a qué personas conoce que tengan relación con la ciencia (entorno familiar,social). Este capital es algo que se va adquiriendo a lo largo del tiempo y consigue explicar por qué unas personas se involucran en ciencia y otras no. Por ejemplo, un 83% de los estudiantes de 18 años que optaron por estudios STEM tenían altos niveles de capital científico. ¿Qué cómo se determina el valor del capital ciencia para cada estudiante? Como parte de la investigación, el equipo ASPIRES ha desarrollado y validado un instrumento del que os daremos más detalles en  una jornada que está por fechar.

Visiones estereotipadas de la ciencia. Por regla general la ciencia se asocia a lo masculino y en muchos casos se presupone una alta capacidad intelectual innata, eso de los genios, que sin apenas esfuerzo logran resultados sorprendentes.  Esta visión estereotipada ejerce un efecto disuasorio incluso en chicas que siendo académicamente brillantes no se ven lo suficientemente capacitadas para estudiar determinadas carreras científicas.

Contexto y prácticas educativas. Las actitudes, creencias y comportamientos del profesorado, la manera de enseñar ciencia en la escuela, y la naturaleza del currículum también ejercen una influencia decisiva en las aspiraciones y posicionamiento en ciencia.  A modo de ejemplo, chicos y estudiantes con alto nivel de capital cultural tienden a recibir más apoyo y ánimos por parte del profesorado para que continúen estudios STEM que las chicas o que chicos de entornos sociales desfavorecidos.

Inspirar e informar no es suficiente

Las investigadoras insisten en que no se trata de hacer cambiar a los estudiantes, sino de cambiar la manera de enseñar STEM.  No podemos seguir haciendo lo mismo ni reproduciendo visiones dominantes si queremos aumentar la participación en ciencia tanto de niñas y jóvenes como de estudiantes de bajo nivel socio-económico.

Nuestras propuestas tampoco pueden limitarse a inspirar e informar. Las autoras recomiendan ofrecer a los estudiantes un abanico diverso de oportunidades y actividades que contribuyan a la adquisición de capital científico. Algunas de estas actividades las han incluido en este documento.   Por último esto es una carrera de fondo. Hay que empezar desde edades tempranas y no valen parches ni iniciativas puntuales. Tampoco hay metodologías milagro ni atajos.

No conseguiremos ampliar la participación en STEM si dejamos fuera de la ecuación aspectos relacionados con la igualdad y la justicia social. Las autoras recomiendan poner en entredicho las representaciones dominantes de la ciencia a través de un diálogo con el profesorado que ayude a desechar visiones estereotipadas y elitistas sobre lo que se supone que es una persona “de ciencias”.

Fuente: ASPIRES Report: Young people’s science and career aspirations, age 10-19

 

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